Quiero un poquito de Sol... ¡Vamonos a Morrocoy!

     

     Dicen que los amaneceres son lindos y ya, eso porque no han visto aún los del Parque Nacional Morrocoy, la dimensión de la palabra belleza adquiere un nuevo nivel.

    En el extremo oriental del Estado Falcón, se encuentra la bahía de Morrocoy, una de las áreas naturales de ambiente marino mas excepcionales y bellas del país, declarado el 26 de mayo de 1974  como parque nacional, cuenta con una gran variedad de flora y fauna entre las que se mencionan: selva seca siempre verde con gran variedad de vegetación, sistema de manglares, formaciones coralinas, peces, cangrejos, moluscos.  

     El Parque Nacional Morrocoy está conformado por tres elementos físicos dominantes: el sector Continental donde destaca el Cerro de Chichiriviche, la franja costera, en la que se destacan el conjunto de manglares, lagunas, bajos y el sector marino que da lugar a un grupo de cayos o islotes rodeados de arrecifes coralinos y algunos con un magnífico potencial recreacional; la zona insular comprende un conjunto de islotes formados por los cayos Borracho, Punta Gorda, Sal, Los Muertos, Peraza, Pelón, Sombrero, Pescadores, Playuela y Playuelita, Boca Seca, Animas y Punta Brava entre otros.

     Bueno, basta de descripciones técnicas, hablemos de la maravillosa experiencia vivida entre sus blancas arenas, unas aguas pese a un poco frías por la temporada del año en el que lo visité (diciembre) tan cristalinas  que se pueden ver pececitos  nadando al lado como iguales, sin distinción de razas, simples habitantes de este maravilloso mundo.

     Un ambiente increíble cobijado por un cielo despejado, y brisa  constante que mantiene el calor bajo control, puedes adentrarte al mar pues sus niveles son bastante bajos y su oleaje escaso prácticamente una piscina de la naturaleza.

     Ya mencionamos la infinita belleza del paisaje pero no puedo dejar de lado la deliciosa comida que puedes degustar a la orilla del mar, pescados exquisitos de  diferentes tamaños, tostones, ensalada rayada, cocadas, langostas rosadas enormes, camarones, ostras, Quiguas¡¡ (especie de caracol).

     El calor humano del venezolano es incomparable, la sencillez y humildad en el trato te hacen querer regresar una y mil veces más, y es que una sola visita no es suficiente, aun quedan cayos que visitar y aventuras marinas por vivir.

      No te quedes con el cuento, vívelo tu también y comparte tu experiencia con nosotros,  esta de mas pedir que dejes la playa tal cual como la conseguiste, no botes basura.